Las Termas de Saturnia, en la hermosa campiña toscana, representan un oasis de bienestar y relajación inmerso en la naturaleza. Situadas en el municipio de Manciano, en la provincia de Grosseto, las termas son famosas por sus aguas termales sulfurosas con propiedades curativas y regeneradoras, que fluyen a una temperatura constante de unos 37,5°C desde el manantial situado dentro de una estructura termal.
Historia
Las orígenes de las Termas de Saturnia se remontan a la historia antigua. Según la leyenda, fueron creadas por el dios Saturno, quien, enfurecido por no haber sido invitado a una fiesta de los dioses, hizo brotar estas aguas termales para castigar a los hombres. Sin embargo, en lugar de un castigo, estas aguas se convirtieron en un precioso regalo para la humanidad.
Los viajeros se detenían allí en su camino por la Vía Clodia y los patricios romanos lo elegían para sus vacaciones de salud. Al igual que las termas romanas de la ciudad, las termas de Saturnia se convirtieron en un lugar de encuentro entre la política, la vida social y el placer.
La importancia de este lugar queda confirmada por las disputas en época medieval entre los Aldobrandeschi de Santa Fiora y los de Sovana. En 1188, la bula del papa Clemente III a los canónigos de Sovana menciona las «Terme di Saturnia» o, mejor dicho, el «Bagno di Saturnia» como una propiedad perteneciente a la diócesis de Sovana, junto con refugios para viandantes y bañistas, y un molino situado aguas abajo de los «baños» que se alimentaba con agua del manantial real.
En 1216, la propiedad pasó al feudo de los condes Aldobrandeschi. A principios del siglo XIV, Siena y Orvieto, por un lado, y los Aldobrandeschi, Pannocchieschi y Orsini, por otro, se disputaron Saturnia y su territorio. Tras un periodo de abandono y degradación debido a la continua devastación del terreno y a la falta de regulación, en 1572 las termas fueron restauradas en el marco de un gran proyecto de recuperación y volvieron a florecer hacia la modernidad.
De hecho, fue entre finales del siglo XVIII y principios del XIX cuando se dio testimonio de la salubridad de las aguas de Saturnia, primero con la inclusión por Repetti en el Dizionario geografico fisico storico della Toscana del edificio termal «que se eleva a los pies de la colina y consta de una gran piscina» (el manantial, ahora llamado «piscina de la fuente» dentro de la zona balnearia) y más tarde con la inversión de la familia Ciacci, que se había hecho cargo de la propiedad de los Panciatichi. Con los últimos propietarios, se recuperó el emplazamiento, se delimitaron las piscinas y se restauraron los edificios.
En 1919, la familia Ciacci construyó el primer hotel propiamente dicho, perfilando el aspecto actual de la estación Terme di Saturnia. En 1920, la Universidad de Pisa realizó el primer análisis químico moderno del agua, seguido en 1947 por el del Instituto de Química de la Universidad de Roma. Un paso clave fue cuando la familia Ciacci vendió el balneario a la familia Passalacqua en 1946, que lo traspasó a la sociedad Terme di Saturnia.
Hoy en día, las Termas de Saturnia son un destino popular para quienes buscan alivio a los dolores musculares, cuidado de la piel y un refugio regenerador frente al ajetreo de la vida moderna. Los beneficios de las aguas termales son numerosos, gracias a la presencia de minerales como el sulfuro de hidrógeno, el calcio y el magnesio, que ayudan a aliviar la inflamación, estimulan la circulación sanguínea y favorecen la relajación muscular.
El complejo termal ofrece diversas instalaciones y servicios para satisfacer todas las necesidades. Hay piscinas termales exteriores e interiores con hidromasajes y cascadas para masajes naturales. Además, se ofrecen tratamientos de spa, masajes terapéuticos y programas de bienestar que combinan las propiedades curativas del agua con técnicas de relajación y masaje.
Además de los tratamientos de spa, Terme di Saturnia ofrece la oportunidad de explorar la belleza natural de los alrededores. Los visitantes pueden pasear y admirar la impresionante cascada Mulino, donde las aguas termales forman piscinas naturales rodeadas de verde vegetación.
Las Termas de Saturnia no son sólo un lugar de curación y bienestar, sino también un tesoro cultural y paisajístico por descubrir. Inmersas en la pintoresca campiña toscana, estas termas ofrecen una experiencia única de relajación y regeneración para el cuerpo y el espíritu.