El pasillo de Vasari en Florencia es una vía elevada muy deseada por el duque Cosme I de Médicis en 1565 con motivo de la boda de su hijo Francesco con Juana de Austria.
Toma su nombre del arquitecto Giorgio Vasari que, en sólo cinco meses, realizó esta impresionante obra arquitectónica que conecta el Palazzo Vecchio, los Uffizi y el Palazzo Pitti, pasando por encima del río Arno a través del Ponte Vecchio.
Para poder comprender las razones que impulsaron al duque a elaborar un proyecto de tal magnitud, debemos rebobinar la cinta de la historia y detenernos un momento en la ciudad en esa época.
Florencia, como todas las ciudades europeas, no era tan segura, el apoyo de la población hacia los gobernantes, con razón o sin ella, no era estable y las familias nobles contaban a menudo con la oposición del pueblo. De ahí la necesidad de crear una ruta que permitiera al duque, a la familia de Médicis y a todos sus ilustres invitados de desplazarse con total libertad y sin ningún tipo de peligro desde el Palazzo Vecchio, el palacio del poder por excelencia, hasta su nueva residencia privada en el Palazzo Pitti.
Se trata de un recorrido de unos 760 metros que tiene su origen en lo que fueron los pisos de Eleonora di Toledo antes de que la familia de’ Medici se trasladara a su residencia de la plaza Pitti; enlaza con un arco situado en la última planta de la Galería de los Uffizi, atraviesa el museo y recorre el Arno, primero por un pórtico arqueado y después sobre el puente más importante y famoso de la ciudad: el Ponte Vecchio. Finalmente, atraviesa palacios hasta llegar a la gruta de Buontalenti, en el interior de los Jardines de Boboli.
Desde la Edad Moderna, es decir, desde que el complejo se abrió al público, el Corredor ha albergado pinturas de la colección de los Uffizi, y desde la década de 1970 hasta 2016, cuando se cerró para su restauración. El pasillo se embelleció con una colección única de autorretratos. Dos detalles merecen especial atención: al final del Ponte Vecchio, el pasillo rodea la torre de la familia Mannelli.
Fue la única familia que se opuso al plan de Cosimo I y Vasari de demoler el edificio; de hecho, el arquitecto se vio obligado a revisar el trazado, decidiendo continuar las obras alrededor de la propia torre.
El Corredor también entra en la iglesia de Santa Felicita, asomándose a un balcón dentro de la propia iglesia; esto permitía a la familia ducal asistir a las celebraciones sin tener ningún contacto con el pueblo.
Está previsto que las obras de restauración del pasillo, que comenzaron en 2016, finalicen en 2024. Una nueva disposición dará la bienvenida a los visitantes: una selección de esculturas griegas y romanas, los frescos del siglo XVI que decoraban el exterior del pasillo y, además, dos nuevas secciones: una dedicada a la masacre de Via dei Georgofili y otra a la devastación de Florencia por los nazis en 1944.
Por último, gracias a la reapertura de las 73 ventanas, será posible admirar la ciudad desde otro punto de vista. Por fin se ha confirmado su reapertura a finales de este año 2024. Será un evento que no se tienen que perder en su visita a Florencia.