Una de las características del paisaje toscano son las verdes colinas salpicadas de bosques y cipreses. Es un paisaje hábilmente modelado por los agricultores, que saben aprovechar al máximo el potencial de cada territorio. Los prados suelen estar salpicados de rebaños de ovejas o vacas, que producen excelentes productos lácteos.
La Toscana es una región donde la producción de queso está muy extendida y se remonta a los etruscos. En su territorio existen decenas de variedades de quesos locales, pero en este universo gastronómico hay que hacer una distinción fundamental entre el Pecorino Toscano DOP y los demás quesos.
El Pecorino toscano Dop

El pecorino es, sin duda, el queso más emblemático y apreciado de la Toscana. Elaborado con leche de oveja, se distingue por su textura compacta y su fina corteza. Su sabor y consistencia evolucionan según el tiempo de maduración, que puede variar desde unas pocas semanas hasta varios meses. Un pecorino joven ofrece un gusto dulce y una textura suave, mientras que, con el paso del tiempo, desarrolla una consistencia más firme y un carácter más intenso y picante.
Para garantizar su autenticidad y calidad, algunos pecorinos cuentan con la certificación DOP (Denominación de Origen Protegida). Las queserías que obtienen esta distinción siguen estrictas normas de producción, respetando métodos tradicionales y privilegiando el uso de leche local y procesos naturales.
Este queso versátil se disfruta de múltiples maneras. Como queso de mesa, armoniza perfectamente con miel, mermeladas, verduras y frutas, resaltando su sabor con contrastes dulces y frescos. Cuando alcanza un mayor grado de maduración, se convierte en un ingrediente ideal para rallar sobre muchos platos típicos de la cocina toscana, aportando un toque de intensidad y profundidad.
Si se trata de maridarlo con vino, la elección dependerá de su maduración. Un pecorino joven y suave combina a la perfección con vinos blancos frescos y afrutados, mientras que las variedades más curadas y de textura firme encuentran el equilibrio ideal con tintos robustos como Chianti Classico, Brunello di Montalcino o Morellino di Scansano.
Más que un simple queso, el pecorino representa un pilar de la tradición gastronómica toscana, un producto que encierra en cada bocado la historia y el carácter de esta tierra única.
Pecorino Romano Dop

Toma su nombre del hecho de que era consumido por las legiones romanas por su alta capacidad de conservación, se produce en Lacio, Cerdeña y la provincia de Grosseto en el sur de la Toscana. Tiene un periodo de maduración medio, unos 5 meses, y se reconoce por su sabor salado. Se utiliza en cocina como queso para rallar sobre pasta o para dar sabor a ensaladas, o bien disfrutarlo solo con pan. Se puede maridar con varios tipos de vinos tintos, cuanto más largo sea el curado, más añejo será el vino.
Pecorino de Volterra Dop

Típico de la zona de Volterra en la provincia de Pisa, respecto al clásico pecorino toscano, se conserva bajo cenizas y se añeja durante 60 días, es más suave.
En el mundo de los quesos toscanos, además de la sigla DOP, existe también la PAT (Producto Agroalimentario Típico), que incluye características típicas vinculadas al método de producción y a la zona geográfica de origen. Se trata de productos de alta calidad, a menudo localizados en zonas específicas como el pecorino de Pienza, el de las montañas de Pistoia, el de Casentino, el de Garfagnana y muchos otros.
Quesos de leche de vaca de los Apeninos

En las zonas de montaña está más difundida la cría de vacas lecheras que de ovejas, esta tradición ha dado lugar a la producción de numerosos quesos locales. Entre los más deliciosos encontramos la caciotta della Lunigiana, la dulce caciotta di Cutignano cerca de Pistoia y el raviggiolo del Mugello, un queso cremoso ideal para untar en pan o como ingrediente de platos dulces o salados.
Quesos de cabra

La cría de cabras ha estado siempre estrechamente ligada a la cría de ovejas en la Toscana. Estos animales, resistentes y adaptables, han sabido aprovechar incluso las zonas más áridas e inaccesibles de la región. A lo largo de los siglos, esta convivencia ha dado lugar a una rica tradición quesera, convirtiendo al queso de cabra en un producto distintivo del territorio.
Hoy en día, este tipo de queso está presente en toda la Toscana. En la isla de Capraia, por ejemplo, su nombre mismo refleja la fuerte presencia histórica de las cabras y la producción de queso artesanal. Pero no es el único lugar donde se elabora: en Mugello y en los Alpes Apuanos, pequeñas lecherías siguen produciendo este exquisito queso con métodos tradicionales, preservando recetas transmitidas de generación en generación.
La producción del queso de cabra toscano se concentra en los meses de verano y se realiza en cantidades limitadas, lo que lo convierte en un producto exclusivo y difícil de encontrar en el mercado. Solo algunas lecherías locales lo ofrecen, manteniendo vivas técnicas ancestrales que han pasado de padres a hijos durante décadas. Cada pieza es el resultado de un saber hacer artesanal, que resalta los sabores auténticos y la identidad de la Toscana.

Descubrir el mundo de la producción quesera es un viaje a través de un vasto universo que lleva a descubrir la Toscana rural, a menudo fuera de los caminos trillados, la más auténtica, hecha de sabores genuinos e historias de familia. Una experiencia fuera del tiempo presente y anclada en el ritmo de tiempos pasados.
Si os gustaría saber mas sobre los conservatorios mas importantes en la Toscana aqui los podéis descubrir.