Sieni

La historia de la Pastelería Sieni: un icono de la tradición florentina

Florencia, con su majestuosa cúpula, sus calles adoquinadas y rica herencia artística, también es hogar de una tradición culinaria que ha deleitado a locales y visitantes durante siglos. Entre sus tesoros gastronómicos se encuentra la pastelería Sieni, ubicada en la emblemática Via dell’Ariento. Fundada en 1909, la pastelería Sieni no solo es una joya culinaria sino también un testimonio viviente de la historia y la cultura florentina.

Fotografía de los años 30 con el fundador y trabajadores de la pastelería Sieni y como era en esa época

Historia Pastelería Sieni

La historia de la pastelería Sieni comienza a principios del siglo XX, cuando Giovanni Sieni, un joven repostero con una pasión insaciable por la pastelería, abrió su pequeño establecimiento en Via dell’Ariento. Situada en el corazón del bullicioso mercado de San Lorenzo, la ubicación de la pastelería pronto se convirtió en un punto de encuentro para los florentinos que buscaban disfrutar de los dulces tradicionales elaborados con recetas transmitidas de generación en generación.

A lo largo de los años, la pastelería Sieni ha permanecido en manos de la familia, preservando y perfeccionando sus recetas artesanales. Giovanni Sieni legó su pasión y conocimientos a sus hijos, quienes continuaron la tradición con el mismo fervor. La dedicación de la familia Sieni a la calidad y autenticidad ha sido la clave de su éxito duradero.

Factura de un evento realizado el 03 de Octubre del 1931 con los productos de la pastelería Sieni

Amplia variedad de pastelería

La pastelería Sieni es conocida por su amplia variedad de dulces tradicionales toscanos. Entre sus especialidades se encuentran los “cantuccini”, pequeños y crujientes galletas que se sirven tradicionalmente con “vin santo”; y la “schiacciata alla fiorentina”, un suave y esponjoso bizcocho cubierto con azúcar glas, que se disfruta especialmente durante el carnaval que puede o no estar relleno de crema pastelera. Otro de los favoritos es el “zuccotto”, un pastel compuesto de bizcocho y helado al interior muy rico y con todo el sabor tradicional.

A pesar de su profundo respeto por las tradiciones, la pastelería Sieni no ha rehuido la innovación. La actual gestión Andreina Mancini, que desde hace más de 25 años lleva el nombre de la pastelería a un punto alto,  ha introducido nuevas recetas y técnicas para satisfacer los gustos contemporáneos, sin sacrificar la autenticidad que ha definido a la pastelería durante más de un siglo. Esta combinación de tradición e innovación ha permitido a Sieni mantenerse relevante y querida por una clientela cada vez más diversa.

Sieni

Comunidad florentina

La pastelería Sieni no es solo un lugar para disfrutar de dulces exquisitos; es un pilar de la comunidad florentina. La tienda ha sido testigo de innumerables historias y eventos a lo largo de las décadas, convirtiéndose en un símbolo de la continuidad y la estabilidad en una ciudad en constante evolución. Durante los difíciles años de las guerras mundiales y los períodos de reconstrucción, la pastelería Sieni fue un refugio para aquellos que buscaban un momento de dulzura y consuelo.

Uno de los primeros anuncios publicitarios de la pastelería del año 1932 en un periodico de Florencia

A lo largo de su historia, la pastelería Sieni ha recibido numerosos reconocimientos por su contribución a la gastronomía florentina. Su dedicación a la calidad y la autenticidad ha sido celebrada tanto a nivel local como internacional. Hoy en día, la pastelería sigue siendo un destino imperdible para aquellos que visitan Florencia. Ofreciendo una experiencia que va más allá de la simple degustación de dulces, invitando a los visitantes a formar parte de una tradición centenaria.

La pastelería Sieni es más que una pastelería; es una institución que encapsula el espíritu de Florencia. Su rica historia, su compromiso con la tradición y su capacidad de adaptarse a los tiempos modernos la convierten en un símbolo perdurable de la cultura y la gastronomía toscana. Al cruzar el umbral de Sieni en Via dell’Ariento, uno no solo saborea los dulces, sino también un pedazo de la historia viva de Florencia.

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