Cerrar los ojos, dejarse llevar por los aromas intensos de la tierra, y saborear un primer bocado que encierra siglos de historia. Así es como empieza la experiencia en I’TUSCANI, un rincón de Florencia donde la autenticidad no es solo una promesa, sino una realidad palpable en cada plato.
Desde su nacimiento en 2012, I’TUSCANI ha tejido un relato de amor profundo por la Toscana, combinando el respeto absoluto por la tradición gastronómica con una mirada contemporánea y una apertura al mundo.
La visión de un florentino adoptivo
La historia de I’TUSCANI es inseparable de la de Alberto Florindo, su fundador. En junio de 2012, Florindo decidió abrir un pequeño local en el corazón del Oltrarno, uno de los barrios más auténticos y vibrantes de Florencia, mucho antes de que la Lonely Planet lo bautizara como “uno de los barrios más cool del mundo”.
Aquel primer espacio, «Il Bistrot de I’Tuscani», no tardó en convertirse en un pequeño culto entre los florentinos. No era solo por la calidad excepcional de sus platos, sino por el alma que se respiraba en cada rincón: cada ingrediente tenía un nombre, una historia, una raíz. Alberto perseguía una idea simple pero poderosa: que el producto, su origen y su autenticidad fueran los verdaderos protagonistas.
Del sueño al proyecto consolidado
Poco después, a este sueño se sumaron Enrico Burberi, experto en gestión de restauración, y Barbara Fagioli, quien más tarde se convertiría en esposa de Alberto y también en socia.
En diciembre de 2014, el proyecto dio un paso definitivo: nació oficialmente el brand I’TUSCANI con la apertura de I’TUSCANI1, también en Oltrarno. Con ello, se consolidó una identidad sólida basada en pilares inamovibles: producto, sostenibilidad, emoción y excelencia.
Hoy, I’TUSCANI es mucho más que un restaurante: es un manifiesto de vida, donde cada detalle -desde la selección de los productores hasta la experiencia del comensal- cuenta una historia genuina de amor por la Toscana.
El producto como chef
En I’TUSCANI, hay una respuesta recurrente para quienes preguntan quiénes son los chefs: “¡Nuestros productos son nuestros chefs!”. Cada plato gira en torno a la materia prima, tratada con respeto reverencial.
El corazón de la oferta es la carne, y no una carne cualquiera. La Chianina IGP, la Maremmana, la Simmenthal: razas autóctonas y selectas, provenientes de criadores que aún trabajan siguiendo ritmos y métodos tradicionales. Además, los menús celebran el arte de aprovechar todos los cortes del animal, realzando sabores olvidados y técnicas ancestrales.
A esto se suman quesos, embutidos, verduras y aceites que, en su mayoría, ostentan certificaciones de Productos Agroalimentarios Tradicionales (P.A.T.), pequeñas joyas culinarias que I’TUSCANI no solo ofrece al público, sino que también protege, asegurando su continuidad.
Incluso la carta de vinos es un viaje por historias embotelladas: etiquetas italianas y extranjeras seleccionadas no solo por su calidad, sino por el relato humano que encierran.
Tradición que enseña: las «cooking classes»
Entendiendo que la cultura gastronómica es un patrimonio que merece ser compartido, I’TUSCANI lleva años organizando cursos de cocina abiertos a estudiantes, turistas y apasionados de todo el mundo.
Aquí, los participantes aprenden a preparar recetas icónicas como la Bistecca alla Fiorentina o la tártara de Chianina, en un ambiente donde se mezcla la tradición más auténtica con la calidez humana. No se trata solo de seguir una receta, sino de comprender la historia y el alma de cada plato, como quien lee un antiguo manuscrito culinario toscano.
Un modelo de sostenibilidad real
Mucho antes de que la sostenibilidad se convirtiera en una palabra de moda, I’TUSCANI ya la practicaba de manera tangible. Su proyecto green abarca desde la elección de materiales reciclados para el mobiliario -como maderas de antiguas embarcaciones toscanas- hasta el uso de productos de limpieza ecológicos.
Los residuos se minimizan al máximo, utilizando bolsas compostables, y la casi totalidad de los productos se consume en su totalidad, reduciendo el desperdicio a niveles insignificantes.
Además, I’TUSCANI colabora con Treedom, una innovadora plataforma que permite plantar árboles a distancia y seguir su crecimiento en tiempo real, dejando una huella verde y positiva en el planeta.
Más allá del restaurante: una filosofía de vida
Visitar I’TUSCANI no es simplemente ir a comer: es vivir una experiencia integral que conecta a las personas con la Toscana más profunda, la que se resiste a ser domesticada por el turismo de masas y sigue latiendo en cada sabor, en cada textura, en cada gesto de hospitalidad.
Es un lugar donde cada bocado lleva consigo un compromiso: preservar la historia, proteger el futuro y compartir, con quienes cruzan su umbral, un trozo auténtico del alma toscana.
Más información y reservas:
π www.ituscani.com
π Piazza San Pancrazio, 2R, 50123 Firenze
πΈ IG: @ituscani
